Un papa conciliador
Venres, 15 de Febreiro, 2013No me imagino a un Papa lucense como tampoco a uno negro. Y no es porque no tenga opciones nuestro convecino vilalbés Rouco Varela o el cardenal africano que suena en las quinielas para sustituir a Benedicto XVI, lo que ocurre es que creo que el obispado romano debería de ser ahora mismo ocupado por un tecnócrata que, al igual que hace Monti desde el Quirinal, devuelva a la fe a los mercados y saque a la cúpula de la iglesia católica de esa indolente actitud frente a los problemas que le surgen, solo comparable al inmovilismo que en España demuestran los dirigentes del PP con sus garbanzos negros.
Como en todas las instituciones en crisis, lo primero que debería hacer el nuevo Papa es autocrítica y después buscar una solución a toda esa suerte de contradicciones que se han ido sucediendo en las últimas décadas. Otro ultraortodoxo o un aliado de la Teología de la Liberación no harían más que complicar las cosas y seguir enfrentando a uno y otro sector de la iglesia, que lo que necesita con urgencia es recuperar esa imagen de institución humanitaria que han ido minando todos los casos repugnantes protagonizados por algunos religiosos y que no ha sido capaz de condenar con contundencia.
La fumata blanca se presume difícil y encontrar un nuevo Karol Wojtyla sería una carambola, pero la vía Ratzinger ya se ve que no ha sido una solución.