Incontinencia ideológica
Mércores, 20 de Febreiro, 2013A Salva Ballesta no lo quieren de segundo entrenador en el Celta por facha y para evitarse los no pocos problemas que podría generar entre los radicales de la afición celeste, Mouriño —el discreto— ha preferido que el nuevo técnico Abel Resino llegue a Vigo ligero de equipaje y sin incómodos acompañantes. La decisión, que el presidente celtista quiso justificar ante la prensa por cuestiones deportivas, pone de actualidad la difícil convivencia que siempre han tenido el fútbol y la política en España, donde cualquier concentración de masas invita a la manipulación. Porque a un aficionado céltico se la tendría que traer al pairo que Salva Ballesta duerma con sábanas rojigualdas, pero el problema es que en su día utilizó su notoriedad como goleador para difundir sus inclinaciones políticas, por lo que no le debería de extrañar ahora que le veten en un club en el que una parte de la afición considera que los mítines en los campos de fútbol no los debería de dar gente en pantalón corto.
Otra cosa aparte son esa pandilla de descerebrados, generalmente apoyados económicamente desde las directivas, que profieren insultos de todo tipo desde la grada o que con sus imitaciones de animales convierten a las canchas españolas en las más xenófobas del mundo. Eso sí que debería escandalizar a quienes tildan de discriminación que no se contrate a un técnico con incontinencia ideológica.