El parte
La televisión pública estatal, esa que pagamos entre todos para que nos informe y entretenga —o al menos para que sea una alternativa a los debates a gritos y realities de las TDT— vuelve a estar en el punto de mira por el poso ideológico que rezuman algunas informaciones de los telediarios. Cualquiera que conozca un poco el funcionamiento de una cadena pública sabe que el bloque político de un informativo es un ejercicio de distribución de tiempo en base a la representación parlamentaria, mientras que es en el resto de temas donde el editor tiene margen para tirar hacia uno u otro lado.
La dirección de TVE parece haber optado por esa vía, porque solo así se entiende que en la última semana hayamos podido ver en el Telediario 1 una noticia en la que se invitaba a rezar a los parados para calmar la ansiedad y, ayer mismo, otra en la que se trataba de instruir a los padres sobre cómo deben restringir las vestimentas provocativas de sus hijas.
Hasta Ana Blanco, que es todo un ejemplo de la sobriedad que debe caracterizar a un presentador de informativo y que se ha tragado cientos de sapos en más de veinte años de telediarios, parece haber llegado a un límite y hace unos días trascendía su cabreo por la falta de opiniones contrarias en una noticia sobre la Ley de Costas. Claro que quizá el problema no es de TVE, sino del televidente crítico, que aún no asumió que quien gobierna ahora es la derecha.
Tags: Ana Blanco, telediario, TVE
17 de Maio , 2013 - 22:40 pm
Del mismo modo a partir de ahora, la Religión que en un Estado aconfesional, debiera ser de ámbito privado, (y en las Iglesias para los creyentes), contará para la nota media.