POBRE DE MÍ cantan en Pamplona cada vez que acaban unos Sanfermines, aunque en las patronales lucenses la sensación a veces es de alivio, tanto para quienes les ha tocado trabajar como a los que disfrutaron con nueve días de fiesta, que en esta ocasión se prolongaron un fin de semana más con un programa previo.
Pero además de que este año queda el dato de una reducción del número de visitantes, atendiendo a parámetros como el de la recogida de basura en el ferial, lo cierto es que el mal tiempo de los primeros días, los desajustes en el cartel de conciertos o la crisis económica y de ideas que vivimos ha dejado una sensación de resaca festiva que otros años no se respiraba.
Y ello a pesar de que la edil de cultura, Nuria Mundiña, superó el examen sorpresa que le deparó su partido, tras colocarle repentinamente al frente de una concejalía que tiene la responsabilidad de organizar las fiestas más populares de Galicia. Eso sí, quizá le faltó tiempo, experiencia y dinero para evitar que los imponderables afectasen a días clave y, así, hubiese que buscar en unas horas un sustituto para Concha Buika, a quien se le puso enfermo el pianista, o que algunos conciertos como el de Pignoise o Rosendo se celebrasen en recintos sin carpa en un octubre con meteorología siempre inestable.
Por contra, otros conciertos como el de Joaquín Sabina, subvencionados por el gobierno local pero organizados por una productora privada, resultaron ser un éxito, a pesar de que la entrada no tenía precisamente precios populares.
También faltó algo de imaginación en el programa, donde se han repetido actos como la apertura virtual de las puertas de la muralla, que por monótona, ya perdió su efecto llamada e incluso no tuvo el protagonismo deseado en un año tan especial como el del décimo aniversario de la declaración como Patrimonio Mundial.
Si acaso, el éxito del San Froilanciño y la oportunidad que se le dio a los grupos locales de mostrarse ante su gente fue lo mejor de estas fiestas, que como dijo el portavoz del BNG, Xosé Anxo Lage, «non pasarán á historia». Las del 2011 las organizará un nuevo gobierno salido de las elecciones de mayo, que esperemos derroche imaginación, porque las ganas de juerga Lugo las tendrá aseguradas.
AVALANCHA DE MANTEROS
Las administraciones trataron de implantar un operativo para controlar la venta de artículos falsos que no fue efectivo por la avalancha de manteros en San Froilán. Al final, la ciudad se debatió entre el rechazo a las mafias que se lucran a costa de estos inmigrantes y la solidaridad de los lucenses que saben que lo poco que venden les sirve para comer.
OROZCO DA UN PASO AL FRENTE EN LA POLICIA LOCAL
El alcalde José López Orozco acaba de dar un paso al frente en la polémica que su gobierno mantiene con un sector de agentes de la Policía Local vinculados al sindicato CSIF. Uno de ellos acaba de ser expedientado con tres años de suspensión, una medida que podría abrir la vía a nuevas sanciones.
El regidor ya mostró su malestar con la repentina baja de once agentes en el primer día de San Froilán, una situación que obligó a una reestructuración de los turnos de la Policía Local.
