Posts etiquetados ‘inmigrantes’

Se van

Mércores, 24 de Abril, 2013

Llevábamos varios años debatiendo en tertulias y artículos de prensa sobre si estábamos sufriendo turismo sanitario, sobre si debíamos permitir el uso del hiyab en las aulas, sobre si los chinos hacían competencia desleal con sus bazares o sobre si las bandas de jóvenes latinos eran un peligro público cuando de repente un día miramos y vemos que al otro lado de la barra del bar, en la eterna obra de enfrente o picando en la caja registradora ya no están ni Jefferson, ni Mamadou ni Chu Li.

Se han marchado y con razón, porque después de haberse dejado la piel tratando de hacerse un hueco en el primer mundo, se dieron cuenta de que esa tierra prometida estaba Europa arriba donde, además, la mezcla de razas y culturas está más arraigada y donde no tienen que hacerse forofos de un club de fútbol para socializar.

La estadística no engaña y dice que en el último año el número de inmigrantes ha disminuido en 216.125 personas, lo que representa un -3,8%. La cifra casi coincide con la caída demográfica de España, que de seguir la tendencia podría bajar de los 47 millones. Este país ya solo tiene atractivo para los jubilados alemanes o ingleses ansiosos de sol, para los nuevos ricos rusos que quieren lavar dinero o para los futbolistas en busca de contratos millonarios. Para el resto de posibles inmigrantes solo somos un aeropuerto de escala donde las horas de espera por el siguiente vuelo son eternas.

Test de españolidad

Venres, 12 de Abril, 2013

El otro día fui a renovar mi DNI con cierto nerviosismo por si ya había entrado en vigor lo del test de españolidad. Lo admito, no lo llevaba preparado y tenía miedo a que en mi expediente saliese reflejado que no era capaz de sacarlo a la primera, como dicen los culés que le ocurrió a Sergio Ramos.
Mientras repasaba ayudado con los dedos las provincias y los ríos de España, un jubilado sentado a mi lado me tranquilizó al insistirme en que, de momento, solo van a examinar a los extranjeros, porque ya que van a tener sanidad y educación gratuita para sus hijos, por lo menos que se chapen la lista de borbones antes de que algún juez se decida a desahuciarlos de la Zarzuela. Me contó que él en su juventud también tuvo que pasar un examen para trabajar en Suiza, adonde llegaban cientos de españoles sin apenas dominio de su propia lengua, pero que como allí sobraba el trabajo, hacían la vista gorda con los iletrados. Por eso me dijo que no entiende que ahora al Gobierno le preocupe más el nivel cultural de los futuros españoles, que evitar que emigren los jóvenes mejor preparados.
Solo hice gestos de asentimientomientras escuchaba, que es lo que se tercia cuando estás en una dependencia policial y quieres salir indemne. Tras pagar 10,40 euros por ver mi nombre y mi cara estampada en un trozo plástico, no pude más que sentir alivio. Había logrado renovar la españolidad, al menos por otros 10 años.

Invasores

Venres, 10 de Xuño, 2011

En el movimiento de los indignados me falta otra pata de la mesa castigada por el sistema en crisis. No los encuentro ni leo alusiones en las ingeniosas pancartas a los cientos de miles de personas llegadas desde otros países en busca de futuro y que han sido los primeros perjudicados en ese Ere a la concertación social que supone la destrucción de empleo. Lo que sí veo en este contexto, con una cuarta parte de la población activa en paro, es como aflora el discurso xenófobo entre tanta inacción gubernamental y las elecciones municipales han sido un campo de maniobras perfecto para tanto visionario de la política de exclusión. Cataluña, con una de las tasas de inmigración más altas de España, es el caldo de cultivo para estos aprendices de ’neocon’, que creen que un fenómeno estructural como es el desempleo se resuelve a golpe de repatriaciones. Si CiU no lo impide, Badalona tendrá un alcalde del PP que no le hace ascos a un ideario del que ha hecho bandera una formación emergente, Plataforma per Catalunya, cuyo líder define la inmigración como la “invasión silenciosa”. Si yo fuera uno de esos ‘invasores’ me indignaría saber que los que creía vecinos quieren ahora darme puerta sólo porque su frágil estado del bienestar se tambalea, principalmente, por su incapacidad.

Cantos somos?

Domingo, 22 de Xuño, 2008

Agora que o Instituto Nacional de Estadística nos fai puntualmente cada ano un reconto do número total de habitantes, por estas datas en Lugo soemos laiarnos da perda de efectivos ou do avellentamento que sufrimos. Porque aínda que nos últimos dez anos España sufriu a maior oleada de inmigrantes da sua historia -e mira que houbo invasións-, a provincia lugueses apenas recolleu migallas, se cadra porque os que deciden marchar do seu fogar en busca de prosperidade fano cara aquelas zonas máis desenvolvidas. Porén, o INE quixo darnos este ano unha pequena satisfacción, a de ver cortada esa tendencia á baixa para estabilizar a poboación na franxa dos 355.000 vecinos e mesmo aportando unha pequena suba de apenas 200. Pero os nativos non foron quen de mudar a situación, senón que é o fenómeno migratorio o que está a evitar a caída, aínda que a grande beneficiada segue a ser a capital, convertida na cuarta de Galicia e que vai camiño de firmar os cen mil habitantes. Pero é o rural o que non está a conseguir cortar a sangría, sobre todo pola falta de oportunidades para a xente moza, que unha vez coñece as vantaxes de vivir en vilas ou cidades renuncia a voltar ás orixes. E como o efecto chamada non funciona cando se trata de levar inmigrantes ó rural, vai ser que o despoboamento da provincia seguirá a ser unha constante por moito que un ano como este se maquillen as cifras do INE. Entre moitas das solucións plantexadas para o desenvolvemento de zonas en despoboamento, xa se viu que fórmulas como o turismo rural, os plans de impulso á artesanía popular ou a modernización das explotacións agrarias pouco axudaron, mesmo porque algúns propietarios destes negocios viven nas vilas ou na capital, onde atopan todos os servizos necesarios, e a onde voltan cada tarde despois de traballar nos pobos. Noutras rexións máis desenvolvidas, como Cataluña, Valencia ou País Vasco, os veciños do rural non teñen en cambio tantas éivas á hora de manter unha boa calidade de vida no rural, e por eso os seus pobos non sofren tanto as oscilacións estatísticas. Agora que o verán xa nos voltou a visitar, moitos deses pobos pantasmas que podemos atoparnos durante calquera semana de inverno na Galicia interior mudarán a súa faciana para atraer a miles de emigrantes e ás súas cosmopolitas familias, que durante un tempo se acostumbrarán a vivir coas limitacións que durante todo o ano teñen os veciños da zona: as conversas polo móbil son un trabalinguas, na horta non hai wifi, as estradas son como un circuito de slot, o bus nunca pasa e o súper está a media hora. E algún lugareño escoitará aquilo de: “Pero tovía vives aquí”.